El que declina y deriva habla la lengua latina....

Por: Carlos Urbina

Semanas atrás un amigo me contaba contento que su hijo ya calzaba con él.  Por tener un tamaño distinto nunca pude usar los zapatos de mi papá.

A pesar de eso entiendo la conexión que padre e hijo sienten al usar algo en común. Esto lo sentí cuando mi profesor de latín, preguntó donde había conseguido un diccionario en ese idioma.  Las pocas librerías panameñas no vendían un diccionario como ese.  Contesté que mi papá había estudiado en esa misma escuela y lo había usado.

Siempre dudé si el profesor sintió curiosidad o si sintió temor por ver que alguien podía confirmar lo que decía en latín. 

Un segundo contacto con el latín lo tuve en la clase de derecho romano.  El profesor nunca mencionó conocer el idioma y se limitó a mencionar breves referencias a términos latinos.

Un tercer contacto lo tuve en la Universidad de Leiden que me sorprendió al darme un diploma en latín.  Mi profesor en Leiden me dijo que ese fue el idioma oficial de la facultad de derecho hasta hace 30 años y que él había estudiado derecho romano en ese idioma.

Mucha fue mi sorpresa ya que nunca lo escuche hablar una sola palabra en latín ni tampoco recuerdo haber leído nada en ese idioma en su extensa y prestigiosa bibliografía.

Un cuarto contacto lo he tenido con el reciente uso de términos en latín por el TAT.  Después de mis breves experiencias con el latín no esperé ver más ese idioma, ya que nada tenían los romanos que decir sobre la fiscalidad, materia a la que me dedico. (ver fallo con términos latinos).

Estos son términos que los romanos nunca vieron ya que el Derecho Financiero, del que la fiscalidad panameña se informa, se desarrolló en Alemania de finales de siglo 19 y principios del siglo 20.  De ahí ese derecho llegó a Italia y luego, sin hacer escala en España, a nuestro sub-continente.

Conservo un ejemplar de la primera publicación de Derecho Financiero en castellano, financiada por una organización mejicana y escrita por un académico italiano que emigró a Argentina en el período fascista.  Poco o nada de latín se encuentra en esta obra ya que poco o nada fue lo que el derecho financiero tomó del derecho romano.

Termino diciendo que la línea editorial de este periódico es contraria al uso innecesario de términos en un idioma distinto al castellano y a favor de la sencillez en la redacción de los actos administrativos.  Expresaremos especialmente esta línea si luego del uso forzado de rimas en idiomas muertos la conclusión del acto administrativo carece de profundidad técnica.

Lea editorial anterior.